domingo, 24 de enero de 2010

NECESIDAD DE FLEXIBILIZAR EL MERCADO LABORAL: REINVENTARSE

En primer lugar analizaremos cuáles pueden ser las principales debilidades del mercado laboral español ante una tasa interanual del paro de un 17.93%, que Bruselas ya prevé que sea superior al 20% en 2010 y del 20.5% en 2011.

En primer lugar, la incapacidad de la demanda de satisfacer determinadas ofertas de puestos de trabajo, es decir, faltan profesionales cualificados. Por lo tanto, estamos viendo que el déficit de cualificación es uno de los principales problemas que rodean al mercado laboral español frente al resto de los europeos. Según un informe de la OCDE la mitad de los españoles de entre 25 y 64 años ha dejado los estudios al finalizar la enseñanza obligatoria.

En segundo término, la extinción del contrato laboral es muy costosa lo que impide nuevas oportunidades tanto a empresarios como a trabajadores, habiendo una diferencia muy importante entre el coste que supone el despido de un trabajador con contrato indefinido y otro con contrato temporal. Por lo tanto, nos encontramos una gran mayoría de jóvenes que acceden por primera vez al mercado laboral, a través de una empresa de trabajo temporal, siendo más fácil despedirlos a pesar de que puedan estar más formados.

Otra flaqueza del mercado laboral es la rigidez salarial, es decir, los salarios no responden de forma correcta a variaciones de la productividad, del empleo, ni de la situación particular de cada empresa. De este modo, cuando hay un período de recesión, en el que se produce una caída de la actividad económica durante un período prolongado de tiempo (al menos dos semestres consecutivos), se produce un desequilibrio en el mercado laboral donde la oferta supera a la demanda de empleo, produciéndose un ajuste vía cantidades y no vía precios.

En resumen, el resultado de este entorno laboral es una reducción de la productividad, siendo necesarias reformas estructurales del mercado laboral para evitar que vuelva a suceder lo mismo en escenarios similares.

Ante esta situación y debido a que las reformas estructurales no se están llevando a cabo, tenemos que superar esta crisis. “Renovarse o morir”.

Hasta ahora, conocíamos la importancia de que un negocio se actualice y se reinvente si no quiere quedarse obsoleto. Es un claro ejemplo la compañía Kodak y su producto insignia el rollo fotográfico. Pues lo mismo tiene que pasar con uno mismo, hemos de pensar en nosotros como un producto a ser vendido, tenemos que renovarnos.

Si buscamos “renovar” en el diccionario encontramos lo siguiente: “hacer que algo cambie de aspecto y parezca nuevo” o mejor aún, “cambiar una cosa caducada o inefectiva por otra de la misma clase”. Este cambio se consigue a través de la formación, es decir, mediante el desarrollo del potencial de cada uno (Aquí podríamos hablar de coaching, pero como es un tema bastante extenso, lo trataré otro día).

Por último, para vender un producto hemos de tener claro, que el mercado no comprará tu producto o contratará tus servicios sólo porque sean buenos sino porque satisfacen una necesidad que ellos tienen. Por lo tanto, antes de vender un producto u ofrecer tus servicios elaboraremos un producto o servicio diseñado a satisfacer una necesidad.
Si pensamos otra vez como si fuéramos una empresa, entenderíamos la importancia de la diversificación, y más aún cuando pensamos en el negocio exclusivamente inmobiliario y/o de construcción que tenían hasta ahora muchas compañías. En este sentido, no podemos pensar en que nuestra vida depende de un único trabajo, sino que mejoraremos nuestras habilidades profesionales pensando en otros potenciales trabajos que podamos tener. Por lo tanto, y citando palabras textuales del escritor Alvin Toffler “El analfabeto del siglo XXI no será quién no sepa leer y escribir sino quien sea incapaz de aprender, desaprender y reaprender”

No hay comentarios:

Publicar un comentario